Creado el primer ventilador inteligente para terapia intensiva
Actualmente permanecemos inmersos en un mundo donde los distintos dispositivos electrónicos que nos rodean llevan acoplado el adjetivo “inteligente”. Todo lo que nos rodea tiende a facilitarnos la vida, a pensar por nosotros, a adelantarse a nuestras necesidades y deseos y de ahí que las casas sean inteligentes, los despertadores, los móviles e incluso los ventiladores.
Efectivamente se ha creado el primer ventilador inteligente del mundo con fines médicos. Este nuevo dispositivo es capaz de tomar sus propias decisiones para decidir el mejor modo de ventilación para un paciente, y ser controlado y monitoreado a distancia a través de una red de telecomunicaciones.
Este ventilador decide la cantidad de aire a suministrar a pacientes en terapia intensiva que tienen problemas de respiración o que están sedados en quirófano porque van a ser sometidos a una cirugía. A este tipo de pacientes hay que tenerles muy controlados: presión, volumen, temperatura y concentración de oxígeno son las variables a tener en cuenta para que tengan una buena ventilación.
Este aparato electromecánico emplea para su funcionamiento algoritmos de control basados en inteligencia artificial e información previamente introducida en él para seleccionar el mejor modo de ventilación. Cuenta con sensores para la operación y con un interfaz gráfico para ayudar al médico a determinar su comportamiento.
Su precio es muy competitivo, ya que es más barato que un ventilador médico tradicional.
Gracias a este ventilador inteligente se evita que el paciente sufra un trauma o fallezca, ya que normalmente existe un ventilador por paciente, pero un solo técnico para varios pacientes y si el dispositivo falla puede pasar un buen rato hasta que se percate de ello.
Este novedoso artilugio con fines médicos ha sido desarrollado por el doctor Saúl Santillán y el maestro Serafín Castañeda, académicos del Centro de Diseño Mecánico e Innovación Tecnológica (CDMIT) de la Facultad de Ingeniería de la UNAM de Méjico. Asimismo se ha contado con el patrocinio del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.