Domótica y la ley de protección de datos LOPD

Las casas inteligentes implican la aplicación de tecnología a partir de la cual las personas logran una automatización plena de las funciones del hogar. Gracias a la integración de los equipos a la red doméstica con una configuración IP, el dueño de casa puede ver como están sus hijos mientras se encuentra en el trabajo, tiene la tranquilidad de que la casa va avisar en caso de registrarse alguna emergencia, también se puede programar para que los alimentos se cocinen a determinada hora, etc.

Sin embargo, aunque este tipo de tecnologías suenen verdaderamente revolucionarias, su marco legal se pone en tela de juicio.

En Hannover, Alemania, hace un tiempo se celebró un importante evento, la exposición de tecnología mundial, Cebit. En este evento lo que se trató de mostrar es como la tecnología y puntualmente los ordenadores se convierten en parte de la vida diaria, tanto para brindar nuevas herramientas como también para aumentar el confort. En esta muestra se destacó la acción de los teléfonos móviles como dispositivos domóticos y ciertas aplicaciones verdaderamente impactantes. Una de ellas es la posibilidad de revisar el proceso de lavado de ropa o de cocción de los alimentos a través del televisor instalado en su salón. Otro de ellos era el ejercicio en la bicicleta fija mientras se mostraba por el televisor recorridos de las calles más pintorescas del mundo. Pequeñas y grandes aplicaciones que dibujan como puede ser el vínculo de nuestra vida con estos sistemas.

Sin embargo, más allá de lo impactante de todo esto, aparecen ciertos cuestionamientos legales. El énfasis en este aspecto está puesto en la protección de los datos personales, el derecho del consumidor y el derecho a la intimidad de las personas.

Las casas inteligentes utilizan un sistema de información que se centra en la recolección, tratamiento y archivo de datos, entre los que se encuentran los datos personales del usuario. Estos hogares inteligentes usan un detalle de imagen, movimiento, hábitos y costumbres de consumo y más información para funcionar correctamente.

Debido a esto es un derecho del consumidor que la persona que le vende productos domóticos le informe acerca del funcionamiento y consecuencias que puede tener estos productos en su vida cotidiana. Debe también informar cuales son las empresas que reciben y tratan dicha información y también saber cuales son los riesgos que corren en caso de violaciones a la seguridad.

Estos puntos se incluyen en la ley de protección de datos, LOPD, el usuario debe tenerlo muy cuenta como así también considerar el principio de proporcionalidad, es decir que la información sólo se use para satisfacción del usuario.